De la época visigoda sólo quedó algún rastro en la toponimia, como Saíñas, en Rutis.
A partir del siglo IX Culleredo comienza a aparecer en los documentos, mencionandóse en éstos varias iglesias y lugares. El primero de ellos es del año 830, y cita las iglesias de Santa María de Conduzo (Rutis), San Pedro de Ledoño y Santaia de Carollo (Sésamo), subsistiendo esta última como Ermita, al menos, hasta el siglo XVII. Alguna de estas iglesias, como la de Conduzo y la de Carollo, pasarían luego a formar parte del patrimonio del primitivo Monasterio de Sobrado, por donación de sus fundadores, el conde Hermenegildo, la condesa Paterna y su hijo, el Obispo de Iria Sisnando, en el año 966. Se sabe que la iglesia de Carollo (Carolio en la documentación de la época) la compró Sisnando al cura Florencio, el primer sacerdote de Culleredo del cual se conoce el nombre.
Pocos años después, en 971, vuelven a hacer donación de las mismas iglesias, incluyendo además la villa de Orria (Orro). Esta donación sería confirmada, en fecha incierta, por los Reyes Ordoño y Ramiro y su madre, la Reina Teresa.
También en el siglo X aparece en la documentación Almeiras, donde vivían hombres de condición libre, en chozas, llamándosele en la documentación al lugar Alumenariis.
La toponimia cullerdense nos proporciona también muchos nombres de raíz germánica, aunque comenzaran a usarse en estos siglos: Alvite, Ternande, Sueiro, etc.
Existe la teoría de que Celas pudiera ser en estos siglos o bien un área de eremitorios, en los que vivirían eremitas cerrados en celdas, o bien existir un monasterio, del que no quedaron vestigios. Lo mismo sucede en el lugar de Ermita de Ternande, también en la parroquia de Celas; en la Hermida, en Culleredo, existiendo otra, que aparece en la documentación medieval, en Almeiras.
En el siglo XII aparece con fuerza en la documentación el llamado Burgo de Faro, seguramente ya existente en los siglo IX y X.. Importante núcleo urbano se ha dicho que a mediados del siglo XII sólo las ciudades episcopales, Allariz y O Burgo son los únicos enclaves urbanos en Galicia, en ellos se asentaron los templarios y la catedral de Santiago, instituciones eclesiásticas que tenían a partes iguales el lugar, y el monasterio de Sobrado, con muchas posesiones y rentas, entre ellas los Molinos de Acea de Ama.
A O Burgo de Faro llegaban barcos con mercancías y peregrinos del norte de Europa. Fue muy protegido por Alfonso VII y Fernando II.
En el siglo XII existía en O Burgo una cofradía de alfaiates (sastres) bajo la advocación de San Miguel, que sería una de las primeras de los reinos cristianos.
La fundación de la ciudad de A Coruña, a principios del siglo XIII, es el punto de inflexión que inicia el declive de O Burgo, aunque los Templarios siguieron potenciándolo hasta su desaparición, en el año 1312.
En esta época se construyen buena parte de las Iglesias cullerdenses existentes en la actualidad, y algunas ya no existentes, como la de San Pedro de Vilaboa o la de San Juan de la Choeira.
Desaparecidos los templarios, Culleredo se integrará totalmente en el alfoz de la ciudad de A Coruña, dependiendo de ella para todo. Incluso algunos de nuestros sacerdotes pertenecían a la Cofradía que agrupaba a los sacerdotes de la ciudad, la de Todos los Santos.
Sólo se producen algunos problemas con la pequeña nobleza local, los Becerras del Val de Veiga. Su patriarca, Martiño, emparentado con los Moscoso (futuros condes de Altamira), que tenía numerosos escuderos y hombres a su servicio, edifica la Torre de Celas, por la cual sostiene un pleito, a finales del siglo XIV; con la ciudad coruñesa. Esta fortaleza sería atacada, en la segunda guerra irmandiña, entre 1467 y 1469, siendo derrumbadas sus almenas.
También la toponomia aporta muchos nombres de época medieval: Donepedre (Domus Petrus = don Pedro), Vilaboa (Villam bonam), Vilaverde (Villa Viridii = vila de Viridio), etc.
Trámites en linea, tablón oficial, carpeta ciudadana...
Emisiones en directo y material audiovisual.
El diseño de esta página web forma parte de las actuaciones de difusión del proyecto DINAMO financiado por el FEDER